El Corazón de la Santidad es el AMOR

Por: Luis A. Amador

"Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn 14, 6)

Con estas palabras Jesús se presenta como el único camino que conduce a la santidad. La santidad no es cosa del pasado, o algo que estuvo de moda en la época medieval; hoy por hoy, la santidad debe ser la carta de presentación de todo cristiano. Cristiano es igual a decir ¡qué tan santo eres!
"Sed santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo" (Lv 19, 2). Desde el Antiguo Testamento se nos llama a la santidad como un estilo de vida, como una opción real. A todos nos ha sido dada la vocación universal a la santidad, ella es la meta del camino de conversión, pues ésta "no es fin en sí misma, sino proceso hacia Dios, que es santo.

Ser santos es imitar a Dios y glorificar su nombre en las obras que realizamos en nuestra vida (Mt 5, 16). En el camino de la santidad Jesucristo es el punto de referencia y el modelo que se ha de imitar: él es "el Santo de Dios y fue reconocido como tal (Mc 1, 24).

Él mismo nos enseña que el corazón de la santidad es el amor, que conduce incluso a dar la vida por los otros (Jn 15, 13). Por ello, imitar la santidad de Dios, tal y como se ha manifestado en Jesucristo, su Hijo, no es otra cosa que prolongar su amor en la historia, especialmente con respecto a los pobres, enfermos e indigentes (Lc 10, 25 ss.).

Ser santo hoy es un reto, una inmensa conquista…pero no es imposible. En la historia de la Iglesia ha habido personas que han logrado la santidad sin buscarla…simplemente hicieron bien lo que les tocaba hacer en el momento y en lugar oportuno…seguramente ningún santo ha muerto sabiendo que lo elevarían a los altares… hemos sido nosotros los que hemos reconocido su extraordinaria forma de vivir el Evangelio y los asumimos como modelos de vida. ¡Quizás tú que estás leyendo este artículo te pase lo mismo…sólo Dios y tu lo saben!

Recuerda que la Santidad no es una utopia , La santidad es un estilo de vida!